Una Constitución para gobernarlos a todos

Con motivo de la coincidencia entre el revuelo que ha causado la presentación oficial por parte del Gobierno catalán de la esperadísima pregunta -que finalmente son dos- para el referéndum sobre la independencia, donde el ejecutivo de Rajoy se ha escudado como de costumbre en el inamovible texto constitucional, y el estreno de la segunda parte de la trilogía de El Hobbit, La Desolación de Smaug, no puedo hacer más que establecer un símil entre ambos acontecimientos.

El anillo único tiene el poder de someter a los pueblos libres. Fuente: Filmaffinity

El anillo único tiene el poder de someter a los pueblos libres de la Tierra Media. Fuente: FilmAffinity

En efecto, el anillo que posee Bilbo en el film ha sido forjado por el señor oscuro Sauron para gobernar y someter a todos los pueblos de la Tierra Media, sumiéndolos en un mundo de caos y oscuridad. Pues bien, quitándole los tintes fantásticos, el ejecutivo de Rajoy está usando la Constitución de un modo similar al anillo. Cada uno de los argumentos, por sensatos o fundamentados que sean, de los impulsores de la consulta independentista son repelidos con la misma premisa, “la consulta no es constitucional”, negándose a cualquier tipo de parlamento o negociación, lo que se presupone lógico en una democracia.  Haciéndoles, por otro lado, la campaña a los que promueven la independencia, ya que el hermetismo y la falta de comprensión del Gobierno central son mucho más efectivos a la hora de convencer a los catalanes de que la secesión es la solución a sus problemas que cualquiera de las explicaciones de Mas o Junqueras.

Artur Mas junto a los partidarios de la consulta independentista. Fuente: El País

Artur Mas junto a los partidarios de la consulta independentista. Fuente: El País

Asimismo, cuando se afirma desde Moncloa que los referéndums soberanistas no se contemplan en la Constitución y que esta no puede cambiarse, el contraargumento es sencillo: la Constitución se modificó para posibilitar el reinado de la Princesa Leonor. Además, no son pocos los que afirman que hace falta cambiarla, dado que el modelo de las autonomías ha quedado obsoleto y ya no contempla las realidades de los habitantes del país.

Concentración independentista en Cataluña. Fuente: El País

Concentración independentista en Cataluña. Fuente: El País

Así, si Rajoy no se baja del carro y deja de utilizar la Carta Magna como medida de opresión a la voluntad pacífica y democrática del pueblo catalán, no será de extrañar que la consulta no solamente sí que se celebre -es improbable que Rajoy haga uso de la fuerza para impedirlo- sino que esta resulte además todo un éxito de participación a favor del Sí por la independencia de Cataluña.

Lo mismo que ocurre en las novelas de Tolkien, donde cuando los pueblos libres de la Tierra Media ven amenazada su libertad no dudan en luchar contra el opresor y reclamar su autonomía, puede suceder en Cataluña si Rajoy sigue negándose a aceptar por lo menos que se le pregunte a la gente sobre su futuro y continua utilizando la Carta Magna como vara de azote contra cualquier voz disidente a sus preceptos. Parece evidente que lo que el Presidente español desea es una Constitución para gobernarlos a todos…

Jordi Roda

Fuentes: El Economista, FilmAffinity, La Vanguardia, El País, El Confidencial y YouTube.

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